Clara - No te va gustar

Y esta es la canción que llevo escuchando mas de 3 semana de la banda no te va gustar bandaza uruguaya, no encontré el video “solo” a si que primero comienza con Cosa Linda otra canción de este grupo. En los 2:22 comienza Clara, espero os guste …



Psique y eros



Psique y Eros
Siempre me han gustado las historias griegas y aquí les comparto una de mis favoritas, la llegue ha descubrir gracias a un amigo me la conto una madrugada…

Eros no figura entre las divinidades primordiales del panteón griego, sino que es hijo de Afrodita, la diosa que personifica el amor, y es uno de los dioses más jóvenes del Olimpo. Eros representa y simboliza la fuerza misteriosa que coordina los elementos y asegura la perpetuidad de la vida. En el mundo romano recibió el nombre de Cupido.
A partir del siglo V, Eros aparece con aspecto de adolescente, casi siempre en compañía de Afrodita. En época helenística, Eros cobra un carácter fúnebre y se le representa en estelas y sarcófagos. También se le une con frecuencia a Psiquis, de quien el dios estuvo enamorado.
Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Afrodita estaba celosa de la belleza de la mortal, pues los hombres estaban abandonando sus altares para adorar en su lugar a una simple mujer, y así ordenó a su hijo Eros que la hiciera enamorarse del hombre más feo del mundo, lanzándole una flecha de oro oxidado. Pero el propio Eros se enamoró de Psique, lanzó la flecha al mar, la raptó y se la llevó volando hasta su palacio.
Para evitar la ira de su madre, una vez que tuvo a Psique en su palacio, Eros se presentaba siempre de noche, en la oscuridad, y prohibió a Psique cualquier indagación sobre su identidad. Cada noche, en la oscuridad, se amaban. Una noche, Psique le contó a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas. Eros aceptó, pero también le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, que le preguntaron, envidiosas, quién era su maravilloso marido. Psique, incapaz de explicarles cómo era su marido, puesto que no le había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero acabó confesando la verdad: que realmente no sabía quién era.
Así, las hermanas de Psique la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia. Psique les hizo caso y encendió una lámpara para ver a su marido. Una gota de aceite hirviendo cayó sobre la cara de Eros dormido, que despertó y abandonó, decepcionado, a su amante.
Cuando Psique se dio cuenta de lo que había hecho, rogó a Afrodita que le devolviera el amor de Eros; pero la diosa, rencorosa, le ordenó realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal, antes de recuperar a su amante divino. Como cuarto trabajo, Afrodita exigió a Psique que fuera a buscar un cofre al Hades (Infierno). Cuando consiguió llegar allí, Perséfone, diosa de la ultratumba, le dijo que lo que había en el cofre era sólo para Afrodita. Psique, tentada por el poder que podría darle lo que había en ese cofre, olvidó que la curiosidad ya había arruinado una vez su vida, y lo abrió, pero en vez de encontrar poder, encontró sueño eterno. Psique cayó en la hierba, dormida para toda la eternidad. Pero Eros, finalmente apiadado de su amada, la rescató. Tiempo después, Afrodita y Psique hicieron las paces, y permanecieron junto con Eros en el Olimpo.

Una y Otra y otra ...y otra

Conocía ya de su corazón roto y de las muchas maneras que había despreciado a cuanto pretendiente se le acercaba entonces se puso a analizar, actor seguido, el aspecto estratégico dela empresa.
¿Dónde encontrarse con ella? ¿y por que medios? Siempre tendría el miedo del rechazo, su terco carácter y su soledad desesperante. –mejor dejarlo, seria perder demasiado tiempo-Pero luego volvía a empezar “si, pero es que tiene unos ojos que se le meten a uno en el alma como si fueran taladros. y ese cutis tan pálido . ¡Con lo que me gustan las mujeres pálidas!
Todo consiste en ingeniárselas pensó. Comenzó a encontrársela en sus ensayos, tratando de saber sus gustos y se convirtió poco a poco en parte de ella. La noche después del ensayo se sentó al costado de ella, la miro como ya otra vez, la había mirado, pero ahora de una forma tan intensa, que ella inclino la cabeza y se ruborizo, el intento hablar y ella se excuso y se levanto, la cogió de la muñeca y se volvió ha sentar. No puedo pensar en todo el día nada más que en usted –decía- Su recuerdo me atormenta. Perdóname, adiós, me voy. Me iré lejos, tan lejos que jamás volverás hablar oír hablar de mi… no puedo entender la fuerza que a pesar de todo, me ha arrastrado hoy a venir a verte, Y es que no hay manera de luchar contra el cielo, no puede uno resistirse a la sonrisa de los ángeles ¿Como no se va a sentir uno atraído por lo que es hermoso, encantador y adorable? Se miraron y el le robo un beso, que no fue robado pues ella también lo quería…

Ella lo quería, se estaba enamorando tontamente de el , aunque el no era de las personas que deseaban algo serio , el se había empeñado en conquistarla y lo hizo … Le dedicaba sus versos desgañitados: era un poeta loco y no lo sabia. Más bien hacia que no sabia, por pura comodidad, por desentenderse de los asuntos del mundo que no son él, estaba claro.
Eran tan dependientes el uno del otro , mas bien ella dependía mucho de el , al estar juntos se encendía ese fuego ,su mano libre aprovecha la escasez de su falda, su voz sonaba pesada, como si el calor le demorara unos segundos la salida. Está tan cerca que nadie, salvo ella, podría escucharlo.
Ella estaba empezando a ponerse exageradamente sentimental. Se había empeñado a intercambiar retratos, en que se regalaran uno a otros mechones de pelo. ¡Pero era tan hermosa! Y el estaba tan poco acostumbrado a aquella ingenuidad en sus anteriores amantes. Pero empezó a dejar de sentirse obligado a guardarlas formas y sus costumbres se fueron relajando insensiblemente. Ya no usaba para dirigirse ha ella esas frases dulces que tanto la conmovían ni le prodigaba aquellas vehementes caricias que la trastornaban. Y así poco a poco, la gran pasión e n que vivía sumida, fue rebajando en su propio cause. Y llego a un fondo fangoso.
Apoyo las piernas sobre las sillas. Un cigarrillo tras otros y ese ambiente tan cargado de humedad hasta la asfixia, ya sabia ella lo que se avecinaba, ya estaba otra vez lleno de humo, viejos olores por todos lados y el viejo perfume de la otra vez, el aliento con sabor a chicle de menta y la araña que se descolgaba del techo mientras hablaban, frente a frente sin un solo ademan de caricia ni de respeto.

Ella le ponía luces en la mirada y sin embargo no sabia como hacer para que se quedara, Vallamos a comer alguna parte – musito. El se acerco observando su pequeño vestido rojo , que llevaba puesto desde la mañana, le desnudaba el escote, subía un poco el vestido la duda tenaz y el tiempo que no ayuda pensaba que decir y no se le ocurría nada . Levanto una mano arriba le acaricio los cabellos desordenados y salió no quedo muy claro nada , pero ninguno reclamo.
Se quedo sola otra vez, ella parecía estar sumida en un ansia indefinible, como a la expectativa de banales acontecimientos que infaliblemente retornaban, aunque en el fondo le daba igual.
No quiso volver a recordarlo lo había enterrado en los mas profundo de su corazón y yacía allí solemnemente e inmutable, como la momia de un rey en un cripta.

No quiero volver a ver tus notas a mano en esas libretas roñosas, como la que usabas cada vez que salíamos a emborracharnos, y decías que ahí dentro estaba tu vida, en un manojo de poemas (tu los llamabas así, yo sólo lo repito) garabateados bajo las luces espásticas de las discotecas, impregnados con el olor a sudor de todos esos cuerpos desconocidos pero siempre tan cercanos, tan próximos.